INCLUIR NO ES DEJAR ENTRAR ES DAR LA BIENVENIDA: UN RETO EN LA EDUCACIÓN
El término de inclusión aparece desde los años 90, a razón de sustituir el término de integración, donde se relaciona inicialmente con los procesos pedagógicos a fin de dar respuesta a la diversidad en las escuelas logrando que se logren modificaciones para responder a las necesidades de los alumnos, es decir que los alumnos se adapten al sistema o integrarse a él.
Pero ¿Por qué hablar de inclusión social? Pues este término sin duda es de gran relevancia, por ello nos focalizaremos en los diferentes contextos de nuestra sociedad ya que en medida que se fue dando una evolución en el desarrollo humano, este ha traído consecuencias negativas por el producto de los avances de la modernización, la industrialización y el progreso tecnológico, la pobreza, desigualdad, el deterioro ambiental, entre otros factores determinantes que son algunos de los problemas que denigran el bienestar de las personas en nuestra sociedad.
Desde los comienzos de la modernización social y la evolución del hombre si hubiese estado la equidad y el respeto a la diferencia humana como uno de los principios de desarrollo y crecimiento, en la actualidad no sería necesario promover la inclusión social como un foco en la creación de programas sociales especializados para responder a los intereses y a las particularidades de las comunidades.
Por lo tanto, es necesario crear ambientes y escenarios políticos idóneos para buscar la equidad y la eficiencia para reducir aquellas brechas que se encuentran presentes en nuestra sociedad.
Aceptar la discriminación y exclusión como una realidad social, y trabajar enfocados en su disminución supone construir programas y políticas que hagan posible la igualdad de oportunidades para todos, enfocándose no solo en las diferencias de raza, condición económica, religión, sino en las diferencias humanas. (Carbonell, Zepeda, Clark, et al., 2007).
En el marco de la inclusión, el propio proceso educativo se considera un proceso social. Los jóvenes son aquellos que facilitan el aprendizaje y el hecho mismo del aprendizaje se contempla en términos de participación social (Niemeyer, 2007).
Del proceso educativo surgen vínculos de pertenencia y de realización personal y colectiva, siendo esta una consecuencia muy alejada de la simple adquisición de conocimientos y habilidades.
Este tipo de educación rompe las barreras entre el aprendizaje formal e informal, los mezcla integra, es la educación integral, es el proceso transformador del que venimos hablando (López Peláez y Díaz Martínez, 2007).
La educación en este caso permite el acceso al conocimiento de la sociedad, del estatus propio de ciudadano. Sin embargo, para que tenga lugar el proceso educativo, el primer paso necesario, es alcanzar el convencimiento de que se necesita aprender (Bula Wise, 2005).
En este sentido, las instituciones sociales deben procurar crear procesos para ampliar la libertad de las personas de elegir opciones de crecimiento y desarrollo. Ejercer la capacidad de elegir libremente, es decir brindar las mismas oportunidades de acceso para todos y sin distinción alguna. Ya que es presente que en los centros educativos hay una exclusión entre los mismos compañeros y compañeras e inclusive docentes. Por ende, se debe fomentar la educación inclusiva que si bien para muchos este término es poco conocido; pero que en realidad este concepto ha generado una revolución en torno a los métodos pedagógicos a nivel mundial, generando un impacto en todo el mundo, sobre todo a aquellas que por circunstancias de desventaja social, física, sensorial, intelectual, racial, cultural, de género etc., se les imposibilita la oportunidad de ser beneficiados. Sin embargo, hoy en día dicha prerrogativa es reconocida como un derecho fundamental, aunque no esté aún garantizada para todos
Las metodologías educativas en los países en vías de desarrollo, e incluso en los desarrollados (en el caso de América Latina) carecen de criterios pedagógicos que no brindan atención a las singularidad de las necesidades educativas de los diversos grupos sociales que históricamente han sido excluidos de dicho proceso. La discriminación y exclusión por ignorancia es evidente en nuestros países. Por ello para la cadena de las dinámicas sociales, el primer eslabón es la educación. De allí, parten los subsiguientes eslabones que posibilitan el ascenso dentro de una sociedad, fomentando una mejor convivencia y el desarrollo del país. Sin capacitación no hay calidad de vida, los niños y adolescentes que no estudian están condenados a dar continuidad al ciclo de miseria que las políticas públicas, ya que estos no cuentan con una instrucción que fomente su participación y desarrollo de habilidades.
En suma, la educación es uno de los pilares en la sociedad, debido a que además de fomentar conocimiento se imparten valores; sin embargo en la mayoría de todos los países este sistema es deficiente.
La educación es un derecho básico de todos los niños, niñas y adolescentes, que les proporciona habilidades y conocimientos necesarios para desarrollarse como adultos a largo plazo, además les brinda herramientas para conocer y ejercer los demás derechos, pero ¿Realmente este derecho aplica para todos?
Si bien la educación es un derecho humano considerado como el motor del desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza y mejorar la salud, además de lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad. Pero pese a ello se encuentran deficiencias que denigran la integridad de otras personas, un claro ejemplo son las personas con discapacidad que estas reciben un rechazo total, tanto por sus propios compañeros y mismos docentes fomentando la exclusión, sumado a ello se encuentran los miles de casos que padecen otros estudiantes convirtiendo a la “educación para todos” en solo para los que no presentan algún tipo de discapacidad.
A grandes rasgos, la inclusión educativa fomenta la inclusión social, por tanto, cuando los estudiantes culminan sus estudios e inclusive ejecutándolos aun ya cuentan con sensibilidad, empatía y actitudes que se necesitan para tomar decisiones que beneficien a todos por igual, de esta forma la educación se convierte en el arma más poderoso mediante el cual podemos usar para cambiar el mundo.
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